Wimbledon ha dejado de lado su carácter conservador para abrir la mano a todo el colorido que desprenden los Juegos.
En apenas tres semanas, el monocromático aspecto de sus paredes ha sido transformado. Los fondos y laterales de color verde han sido sustituidos por el rosa que identifica a Londres 2012, presente por todos lados.
Los atletas también han contribuido a disfrazar la historia. El blanco obligatorio con el que todos, sin exclusión, los jugadores deben saltar a la pista, ha quedado marginado en esta ocasión. Los tenistas han dado rienda suelta a la imaginación y a sus gustos para vestir a su antojo. Colores que identifican a un país, en algunos casos, o diseños dictados por su propia marca deportiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario