El repicar se escuchó en todo el país, así como en numerosas embajadas británicas en el exterior, a tan sólo doce horas de la inauguración oficial del mayor evento deportivo del mundo.
El emblemático Big Ben de Londres no podía ser menos; la campana repicó hasta 40 veces en un lapso de tres minutos.
Para Martin Creed, artista y músico británico e impulsor de la idea, se trató de un espectáculo "único" en el que todos los británicos tuvieron la oportunidad de unirse a la celebración de los Juegos Olímpicos, los terceros que Londres acoge en su historia.
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